domingo, 25 de septiembre de 2011

J.


Nunca llegue a pensar que podía lograr olvidar a un ser que tanto me ha hecho daño. Ahora que apareciste tú en mi vida todo es diferente, me encanta tu pelo negro, con alguna que otra rasta, eso si alborotado y con esos ricitos que me vuelven loca. Me encanta tu barba de dos o tres días, te dá un aspecto más adulto. Me encanta que me agarres de la cintura y me sonrías. Me encanta mirarte y sonreirte. Me encanta que me beses despacio, lentamente y vayas avanzando por mi cuerpo. Me encanta besarte con pasión y sin nada que esconder. Me encanta que me quites la ropa de esa manera tan sexy y que te caiga sudor por tu pecho. Me encantas tú. Y te aseguro que lo que quiero es a ti.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Me arrepiento cada día de haberte conocido.

Me jode que siempre que este bien se me venga el recuerdo a la cabeza,
odio que de una sonrisa tenga que pasar a llorar. Odio que te estés riendo
de todo lo sucedido. Pero nunca sería capaz de llegar a odiar tanto a alguíen,
con quién he compartido momentos maravillosos. Sin lugar a duda nunca
te dejjaré de querer. Por mucho daño que me hayas echo.

De lo que si me arrepiento día tras días es de haberte conocido a ti.
Cada dia encontraré la manera de ser tu alegría, cada día me volveré un payaso para dibujarte sonrisas

jueves, 8 de septiembre de 2011

Gracias

Por haber compartido conmigo cada momento, por llorar juntos, por tenerme la confianza y contarme vuestras penas, por creer en mí, por hacerme aceptar mis errores, y hacer que yo me ría de mí en algún momento, después de explicarme las bromas que tiene la vida y que yo no lograba entender. Por hacerme sentir que a vuestro lado todo es más fácil.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Estar a tu lado

Me quedo boca abajo, en la cama. Recordando todos los momentos. Puedo leer tus mensajes, y sonreír, ver tus fotos y recordar tu voz. Puedo imaginarte, soñarte, desearte, echarte de menos. Puedo pasarme el día entero pensando en ti. Pero quiero más. Quiero besarte, tocarte, acariciarte, abrazarte, sentirte, mirarte. Estar a tu lado. Dormirme cada noche escuchando tu respiración, encontrarte bajo las sábanas y no tener que soñar que me abrazas mientras compartimos almohada.

Ni a las estrellas

No dejo de pensar que rara sería mi vida si no estuvieras en ella, sin tu pelo negro alborotado, sin tu sonrisa traviesa, tu hiperactividad momentánea, sin tus consejos, sin tus piques, sin mi deseo y tu cariño, sin tus manos tocándome y sin tu mirada que atraviesa cada rincón de mi pensamiento. No dejo de pedir que me quieras, que me desees algo parecido a lo que hago yo, que la olvides y me recuerdes a mi noche tras noche. No dejo de recordar en el momento que te vi como te clavaste en mis ojos, ni en la primera vez que pensé en ti al acostarme, ni en la primera vez que me dijiste algo parecido a un te quiero. Podría pedir mil cosas más una relacionadas a ti, como que algún día consiga besar tus labios a la vez que toco tu pelo, o que me mires de forma que revoluciones todos mis sentidos, pero todos sabemos que todo esto es un deseo muy lejano incluso para pedir a las estrellas.