jueves, 5 de abril de 2012

Lo contrario a lo que soñe

Cosas que se quedan a medio camino, entre un quizá y un no pudo haber sido. Dudas que se quedaron flotando entre las manos, como todos aquellos susurros a media luz, como todas aquellas noches que se perdieron entre el humo de algún bar, y las luces tristes de la ciudad que se iba durmiendo. Instantáneas fugaces que iluminan tus ojos y te sacan sonrisas incluso cuando no quieres recordarlas. Ojalá todo fuera tan fácil como en el colegio. Te enseñaban una cosa y al final aprendías que la práctica era tan sencilla como aplicar la teoría. En la vida real nos hacemos millones de planteamientos, llegamos a conclusiones de lo que está bien y lo que está mal, lo que nos hace daño y nos impide descubrir nuevas fronteras, o aquello que representaría una felicidad casi asegurada. Pero a la hora de la verdad todo se viene abajo, y son los impulsos los que deciden por donde debemos seguir, son los engaños que se nos van metiendo en la cabeza los que guían nuestros pasos, y llega un momento en que ni te acuerdas de si estaba bien o estaba mal, si dolía o te hacía suspirar.

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