Estabas tan sumamente raro hoy, tan triste, tan poco tú,que hasta yo misma cogí tu estado de ánimo y lo hice mío.
Cogí tus rarezas y las acomodé a mi cuerpo y a mi misma esencia. Cogí tu tristeza y te la quite con besos, y me la quede yo, para que después se la quedará el viento .
Pensaba que jamás vendrías a mi encuentro, que tu palabra no reinaría para mí, pero te acabé convenciendo, y acabamos en un banco, sentados, solos. Callados, sin una palabra para decir y sin un sentimiento para mostrar. Nunca pensé que volvería a sentirte ese día, con esos ojos tristes que no brillaban.
Pero siempre tienes algo de luz para mí. Y otra vez a lo de siempre, a los gritos sin prisa y al calor sin pausa. Y otra vez tus detalles que ya se amoldan a mis requisitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario