jueves, 18 de noviembre de 2010

Con hacerte feliz me basta y me sobra

A este paso nunca me atreveré a decirte nada. Quizá debí hacerlo hace mucho tiempo, porque si entonces tenía miedo, ahora mismo tengo una bola en el estómago que no es normal. Nunca te podrás enterar de que desde aquel once de enero cada latido que marca este corazón lleva el eco de tu voz. Que los recuerdos desde ese día, cada vez se vuelven más borrosos pero que, extrañamente, cada vez que llueve se van aclarando y van apareciendo en cada charco. Que mis paredes aún me preguntan por ti cada noche y que mis sábanas siguen con ganas de conocerte. Que siempre a la hora de la siesta el olor de tu colonia (no me preguntes de dónde sale) se cuela entre las rejas de mi ventana y hace que te recuerde aún con más dolor. Aún con más miedo. No sabrás nunca que la persona que estuvo junto a mí aquellas semanas ya está... muerta. Y que imposible por resucitarla y no tengo fuerzas quiero hacer lo . Que no puedo hacer milagros, joder. Y ni siquiera sabrás que te extraño. Que cada paso que doy es con la intención de poder encontrarte en cualquier esquina. No sabrás que durante todo el verano he rezado para poder escuchar tu respiración aunque fuera un segundo. Que quiero perderme por esos cien metros cuadrados y que me encuentres sonriendo como una niña pequeña debajo de la mesa. Nunca podrás ni imaginarte que aún sueño contigo y con que me besas. Que me encantó ir vestida del mismo color que tú por simple coincidencia. Y que me hizo recordar cuando lo hacíamos por causalidad y no por casualidad. Y sobre todo nunca podrás saber que me duele cada movimiento que das porque sé que no va destinado en absoluto a mi persona y que... Que TE QUIERO !

No hay comentarios:

Publicar un comentario