miércoles, 28 de marzo de 2012

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Y así, un día como cualquier otro, vuelve a tu mente. Tú lo tenías y más que olvidado, de hecho estabas orgullosa por haberlo conseguido; probablemente nunca te había costado sacar de tu vida a una persona, que aunque te doliera, querías que siguiera estando ahí. Es muy difícil decirlo, pero también es muy difícil sentirlo. Y tú lo sabes más que nadie. Son diferentes objetivos, sin embargo sigues sin tirar la toalla, dando un paso hacia atrás. Con la esperanza de que algún día se cumplan todos esos deseos que parecieron quedarse por el camino inertes. Y la verdad que quieres que te diga yo, ¿qué es la vida sin ilusiones?. Déjadme vivir, ilusionarme, yo asumo el riesgo de aguantar luego ese dolor.

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