sábado, 29 de enero de 2011

Vuela a mi lado .

No me digas que haces o que dejas de hacer con ella, no me digas como la besas o como la abrazas o como te ríes de ella, no me digas como la miras o como la observas, no me digas como la entristeces ni como la alegras. No me hace falta, no me hace falta que me lo digas, ya lo sé. Puede que no la quieras, y que no duréis demasiado, puede que cuando cortéis me llames, puede que yo ya no esté allí. ¿Puede? Puede que no duréis eso si puede ser, pero ¿qué no esté allí? eso no es probable, eso es indudablemente imposible. Eres eterna cocaína.Lo que tu te lías todos los fines de semana, es la misma cantidad que necesito yo de ti.¿Qué pasa cuando no riegas una planta? ya ni si quiera hablo de abono, solo hablo de agua, algo fácil de consegir.Se debilita, va muriendo, lentamente, hasta que las hojas se le van cayendo, el tronco se va torciendo y va cogiendo un color feo, triste. Supongamos que yo soy una planta, vale no se me caen ni las hojas, ni se me tuerce el tronco ni cambio de color, pero sin tus besos, sin tu risa, sin tus caricias, esas que hacen que los pelos se me pongan de punta, sin todo eso es como si fuese muriendo, como si a un pájaro le quitas las alas, puede vivir, pero no puede volar, no es feliz. Devuélveme mis alas, vuela a mi lado.

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