Miedo, supongo que ése es el sentimiento que tengo ahora mismo recorriendo cada parte de mi cuerpo, porque desde hace varios días hoy he decidido escribir mientras pienso en ti. Miedo a saber qué es lo que puedo llegar a escribir mientras dejo que te pasees por mi mente a tus anchas. Miedo a descubrir que mis dedos pulsan estas teclas a demasiada velocidad. Miedo a saber qué es ese extraño sentimiento que despiertas en mí. Miedo a no querer volver a leer lo que ahora mismo estoy escribiendo sin pensar en lo que escribo. Miedo a pensar que ya se ha acabado el tiempo que teníamos para compartir. Miedo a no volver a verte. Miedo a saber que sientes lo mismo. Miedo a saber que no sientes nada y mis sentimientos dejen de tener cualquier tipo de sentido. Miedo a que pase algo entre nosotros. Miedo a que no pueda pasar nada. Miedo, miedo y más miedo. Será que eso del amor no es tan bonito como dicen.
Miento, sí, lo cierto es que miento, éste es el miedo más precioso que jamás he sentido y has sido tú el único asqueroso ser humano que ha conseguido que lo sienta.
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