Anoche volví a dormirme llorando tu nombre . Tu voz se intensificaba en mis oidos y tus recuerdos pasaban por mis ojos para clavarse en mi piel . Intenté parar el llanto , porque las lágrimas eran como cuchillas corriendo por mis mejillas , pero la angustia me había agarrado el pecho y el corazón . Se me encogía de dolor. ¿Alguna vez has sentido miedo?
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