domingo, 13 de febrero de 2011

No , no puedo .

No sé si es que cada día me regala palos que me hacen ver cómo es en realidad, o el hecho de que ya nada me motive. De que los impulsos pasen como una pequeña descarga eléctrica por mi cuerpo, pero tan leves que no me hacen reaccionar.
He tenido tantos fallos... tanta cobardía, que me he quedado estancada en mitad del camino. Con pies de plomo y la cabeza caliente. Con los ojos húmedos pero las mejillas secas.
Siento que estoy malgastando los dos mejores años de mi vida por una gilipollez y eso me mata.
Pero es que no puedo parar. Le tengo tatuado en la mente. Tú. Él.

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